-El recuerdo de lo cotidiano-
Recuerdo. Del latín, se compone de dos palabras: re –volver- y cordis -corazón-. Un hermoso significado: el origen de la palabra nos remite al hecho de que la memoria tiene indudablemente que ver con el corazón. Ciertamente sucede, hay recuerdos que regresan tal cual fueron en su momento y se repite incluso la palpitación que tuvo el corazón.
Esta obra quiere ser un viaje al imaginario de mis recuerdos de lo cotidiano, imágenes de aquello aparentemente banal que, sin embargo, adoptan la forma de un diario íntimo. El recuerdo, indefectiblemente, comporta la confrontación con uno mismo, mediando la experiencia en el tiempo. .
Son imágenes en las que, como con el trazo de un pintor, te acercas al cuadro y observas la energía de su preciso momento, la huella de su éxtasis. Así, el hacer y el sentir se materializan en los movimientos, pinceladas que dan forma a estas fotografías.
¿Cuál es la esencia de la fotografía? ¿Cuál es el enigma que la hace fascinante? En mi opinión, lo que se oculta tras ella. La presencia del yo, del alma sensible sometida a la prueba de la fotografía. En este caso, abriendo las puertas a la dimensión de los recuerdos, y con ello, a la añoranza de la experiencia atravesada por sentimientos. Extraer de la memoria, a través de la fotografía, la presencia. El retorno del ser en un tiempo pasado, a fin de someterse al placer de la nostalgia. Sospecho que la vida está basada en pequeñas soledades.